06-09-2011 -- Vivió en Buenos Aires, en Palermo, ahora se mudó a París, en estos días pasó por Calcuta y ayer llegó a Bangladesh. El pasaporte no miente: Javier Pastore es cordobés. El acento del barrio Altos de Vélez Sarsfield debe ser uno de los mayores orgullos de su gente. “Todavía tengo mi casa allá, así que cada vez que vuelvo a Córdoba me encuentro con todos. Encima, el año pasado le pusieron mi nombre al Centro Vecinal. En el barrio están muy felices por todo lo que me pasa”. Augusto, Cristian, Constantino, Pachi y alguno más que se le escapa en el apuro: con ellos pateaba todos los días en la calle, usando el portón de su casa como arco. Hasta que después abrieron el centro vecinal que ahora se llama Javier Pastore y dejaron en paz, entre otros, al portón.
-¿Ese fue tu potrero?
-Sí, aunque la calle de mi casa y la cancha de fútbol 5 del centro vecinal eran de pavimento.
-Entonces, ¿tu potrero fue de cemento?
-Y, sí...
El mayor exponente del tiki tiki del Huracán de Cappa anda por este lado del mundo tratando de sumar minutos en la Selección que ahora conduce Sabella. “Acá estoy, contento de seguir en la Selección. Tratando de impresionar al nuevo técnico”.
-¿De qué manera se lo puede impresionar?
-Dando todo, en estos pocos días, para tratar de demostrar el fuerte de uno, en cada entrenamiento, en los tácticos, en los reducidos, para que sepan que estás metido y que querés sumar para el grupo.
-¿Cuál es tu fuerte?
-Jugar a la pelota, tratar de estar la mayor cantidad de tiempo posible con la pelota en los pies. Crear jugadas y eso...
-Está bueno mantener ese espíritu de jugar a la pelota...
-Más bien, creo que eso es lo que tenemos que ganar como Selección. Porque eso fue lo que nos hizo a todos llegar a los clubes en los que estamos. Creo que si recuperamos el potrero, la Selección va a mejorar mucho.
-¿Las necesidades del fútbol actual te dejan jugar a la pelota?
-Sí, yo creo que sí, eso está en cada uno. La idea es demostrar lo que uno siempre hizo en el barrio o en la calle y transmitirlo a la cancha. Creo que no es tan difícil.
-¿Por qué la gente te pide tanto para la Selección?
-No sé por qué la gente me pide tanto. Creo que querrán ver a otros jugadores o confiarán en mis cualidades. Yo estoy muy agradecido porque la gente me ha tratado muy bien. Ahora me queda demostrar que puedo estar en la Selección para devolverle tanto apoyo.
-¿Sentís ese reclamo popular?
-Lo notamos en la Copa América. Mi familia siempre me dice que en la calle me piden. Pero bueno, eso depende de mí, de demostrar que puedo jugar.
-Podés ser un muy buen socio para Messi.
-Con Leo me siento muy cómodo, jugar con él es algo muy lindo, te entiende mucho. Para mí es muy importante tener un jugador así al lado porque me hace crecer mucho. Y por lo que se vio en los partidos que jugamos juntos, se ha armado una buena sociedad. Pero él también se entiende con muchos jugadores. Esperemos que se arme un buen equipo para empezar a ganar cosas.
-¿Sabella qué te pidió?
-Hablamos poco, pero le gusta laburar en lo táctico, en cosas importantes. Nos estamos conociendo, creo que con él voy a jugar un poco más adelantado de lo que venía jugando con Checho Batista. El otro día con Venezuela entré y me sentí cómodo.
-¿Te gusta jugar más adelante?
-Sí, sí, me siento cómodo, más cerca del arco que es donde estoy más acostumbrado a jugar. Sabella me pide que agarre la pelota, que busque los espacios vacíos y que me junte con los delanteros.
Asegura que los 43 millones de euros que el PSG pagó (la transferencia top del fútbol francés) por sus pies no le movieron el piso. “Me llena de orgullo que un club haya puesto tanta plata por mí, pero nada más. No me asusta. Yo tengo que seguir haciendo lo mío”. Cuenta que le encantaría tener más tiempo para recorrer su nueva ciudad. Y jura que sigue siendo el Flaco. “Eso viene de la familia, de cómo me han criado”.
-¿Es difícil mantener los pies sobre la tierra?
-No me cuesta, es natural, traté siempre de estar rodeado de la misma gente. Y eso ayuda mucho.
-¿Pensás que nunca te la vas a creer?
-No, no hay chances. Porque si miro para delante hay muchos mejores que yo. Y yo tengo mucho para seguir creciendo.
-¿En quiénes te apoyás para no confundirte?
-En mi familia. Siempre me refugié en mi mamá Patricia y en mi papá Juan Carlos, que siempre estuvieron al lado mío y me ayudaron a llegar. Ellos, si de chico me veían un poco canchero, me pegaban una cachetada y me decían “dale, que falta mucho”. Si por ahí metía un gol y me ponía demasiado contento, ellos me bajaban a la tierra.
-¿Tu papá sabe mucho de fútbol?
-Sí, mi viejo jugó en el pueblo, era 9. Y sabe bastante. Y mi mamá aprendió muchísimo porque desde los 9 años me llevó todos los días a practicar y a jugar. Se rodeó de gente del fútbol y aprendió.
-¿Quién sabe más?
-No, mi papá. Mi vieja sabe pero mi papá le gana, ja.
-¿Te critican?
-Para ellos siempre juego bien. Aunque sea un desastre, para mi mamá y mi papá siempre soy el mejor. Los que son muy críticos son mis hermanos, Ariel y Juan Manuel.
-¿Qué te dicen?
-Me critican siempre, me dicen: “Tenés que correr más” o “acá no picaste” o “le tenés que pegar así”. Ellos son los que me critican pero para bien, me sirve. Tengo amigos o profes a los que les pido que si ven los partidos me digan lo que ven ellos. Porque las opiniones de gente que sabe de fútbol te ayudan mucho.
Fuente: Olé.
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